Beca especial de investigación ''Santiago González-Jaraba'

Santiago González-Jaraba nos dejó en 2007, mucho antes de lo esperado. En el Colegio fue una importante figura con valores del profesionalismo que deseamos que se transmitan en las siguientes generaciones, por ello, la Beca más importante de investigación, lleva su nombre con una dotación especial de 5.500€.

Santiago González-Jaraba

Especialista en pediatría, ejerció su profesión en el Materno Infantil de la capital grancanaria, y posteriormente en el centro de salud de Jinámar, luego Marzagán y finalmente, en el de Triana. Hasta su repentino fallecimiento, presidía el Sindicato Médico Canario y desde 1987 el Sindicato Profesional de Médicos de Las Palmas, al frente del cual encabezó en Canarias en 2001, la huelga más larga de la sanidad española. Era un luchador incansable, trabajó siempre para la medicina pública y era muy apreciado por todos por su simpatía, disponibilidad y claridad en sus mensajes, era un compañero afable y de gran sentido del humor.

De una valentía intachable, conjugaba su bonhomía, con el carácter reivindicativo y social. La proximidad con los niños, le hacía afable, próximo, sin caretas, como sólo se saben mostrar las personas nobles, los valientes que no tienen nada que esconder. Fue inspirador y creador del Sindicato Autónomo de médicos del Hospital Insular (Samhi), semilla de un sindicato de médicos libre de ataduras políticas. Vino a dignificar a los profesionales de la Medicina. Con él a la cabeza, se consiguieron infinidad de mejoras laborales: las guardias, su número, la edad, los complementos, la carrera profesional, etcétera.

Era recordado desde la década de los 80, en las guardias del Hospital Insular, forjando ilusiones en unos médicos que se habían entregado al quehacer médico sin ningún reconocimiento laboral ni social. Sus inquietudes con los más débiles, también en esa década de los 80, lo realizaba con los niños de La Montañeta, donde él se sentía como el padre Flanagan de la Ciudad de los Muchachos. Iba repartiendo ilusiones, como un mago de la palabra, convencía a aquellos adolescentes, más allá de lo que su especialidad de Pediatría le obligaba.

Amigo de sus amigos, no modificó un ápice su proyecto de lograr un mundo mejor, más solidario y humano en todas las facetas de su vida. Nunca quiso, a pesar de muchas propuestas ser protagonista de gestión política alguna, era un bregador y un trabajador incansable, que le impedía estar en la burocracia.

Era un hombre de batalla, pero jamás abandonó la senda del diálogo ni de la cordura para tratar siempre de encontrar un hueco para el acuerdo con la Administración sanitaria y con su propio gremio. Falleció el 31 de enero de 2007 a los 53 años a consecuencia de una rápida enfermedad en el Hospital Universitario Insular de Gran Canaria, en la capital grancanaria.